La formulación y evaluación de proyectos de inversión requiere de un equipo multidisciplinario; es decir, de la intervención de personas con diferentes perfiles: se necesitan, por ejemplo, administradores, economistas, actuarios, contadores, ingenieros, mercadólogos, psicólogos y muchos otros especialistas en función de las características del proyecto.
Diferentes autores concuerdan en que antes de tomar la decisión de invertir en un proyecto es necesario llevar a cabo un proceso de preparación y evaluación del mismo que incluye los siguientes estudios: de mercado, técnico, administrativo o de organización y financiero (Baca, 2016; Sapag, 2007; Angulo, 2016).
Cada uno de dichos estudios nos brinda información relevante y fiable, por ejemplo, sobre la demanda insatisfecha del mercado, los costos totales, el monto de la inversión y el rendimiento sobre la inversión, entre otros. Esto no quiere decir que no se tenga que tomar una decisión muy personal por los inversionistas, emprendedores o quienes desarrollarán el proyecto, ya que la información y los resultados obtenidos solamente proporcionan las bases para la toma de decisiones.
Cabe mencionar que el proceso de preparación y evaluación de proyectos también se podría aplicar con muy buenos resultados a proyectos del área de la informática como por ejemplo en proyectos de implantación de redes de microcomputadoras, sustitución de sistemas manuales de información por sistemas automatizados, etc. Aunque para ello tendríamos que hacer algunos ajustes en lo que se refiere al análisis de la demanda y la oferta.
Si bien es cierto cada proyecto de inversión es único e irrepetible, el proceso que se sigue en su formulación y evaluación tiene la peculiaridad de adaptarse a cualquier proyecto, por ejemplo, los que se muestran en la figura 3.